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martes, 12 de julio de 2011

18_Mayo_2011

Las paredes de la clase cuentan los suspiros y las sonrisas bobaliconas cuando te encuentra mi mirada.
MIERCOLES! Eso es. Hoy es el día que he quedado con Diegutis. Ni siquiera he llevado el balón, sabía que no íbamos a hacer nada porque además estaba lloviendo de nuevo. Hemos estado sentados en unos bancos del parque, debajo de unos árboles para no mojarnos. Cuando estábamos hablando normaL  me he acordado de que me tenía que contar lo del tablón y le he dicho: aLa Diegutis que me tienes que contar lo de tú tablón! Y me decía: Que quieres que te cuente, del uno al diez? Y yo: No que me cuentes lo de tu tablón! En los bancos donde estábamos sentados el suelo estaba lleno de tablones de madera y me ha dicho: Mira todos los que tienes aquí; uno, dos, tres, cuatro.... Estuvimos mucho tiempo así y no me lo quería contar. Cambiaba de tema en cuanto tenía ocasión o me respondía con eso. Yo tenía que estar en casa a las 10 porque supuestamente estaba entrenando, pero a las 11menos cuarto estábamos esperando en una carretera a que se pusiera en verde y yo estaba esperando a que me lo contara. Nos estábamos calando, pero yo tenía claro que hasta que no me lo contara no me iba a ir. Parece que al finaL cedió un poco y me cuando le volví  preguntar me dijo que seguro que me lo imaginaba. Yo le dije que no, bueno que alomejor un poco sí y él me dijo que todo lo que me imaginaba era verdad, que era eso, que me imaginaba bien. Me quedé callada y me dijo que hoy no me lo iba a contar, que si quería me lo contaba el viernes pero que hoy no. Yo le dije que el viernes no iba a querer que me lo contara, que quería que me lo contara hoy y que el viernes no iba a querer escucharle y no iba a escucharle, que si hacía falta me tapaba los oídos. El me dijo que si no quería oírle que iba a gritarlo, que le daba iguaL que no quisiera y que sabía perfectamente que era capaz de hacerlo. En ese momento me dí media vuelta y me marché. Cuando llegué a casa, después de cenar, me conecté al tuenti y tenía un privado. Era de Diegutis. Me decía que era un imbéciL y que se arrepentía mazo de no habérmelo dicho y eso. Yo le dije que tenía toda la razón del mundo que era un imbécil, pero que era mi imbécil preferido. 

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