26_Mayo_2011.

Hoy, apesar de que falta media hora para que quedemos, empiezo a arreglarme. Cuando acabo miro el reloj. Puf! Veinte minutos largos todavía! Me voy a la habitación de mis hermanos y me pongo a hablar con ellos para pasar el rato. Están jugando a las cartas. Vaya, es un juego que no me gusta, pero así se me pasará antes el tiempo. Al rato vuelvo a mirar el reloj. Bien, justo a tiempo. Voy a mi habitación, cojo el bolso, meto la cartera y  el móvil y salgo de casa. Cuando abro la puerta del portaL veo que no hay nadie. Me siento a esperar y miro continuamente hacia la derecha haber si le veo venir. Nada. Ya han pasado diez minutos de la hora y no veo a nadie que se acerque. Quizá se ha quedado dormido porque se levanta muy pronto para ir a trabajar. Me quedo pensando y me doy cuenta de que siempre, por mucho sueño que tenga, se levanta para venir conmigo. Quizá se ha olvidado de que habíamos quedado. No es es más improbable aún, jamás se le olvidaría. Miro de nuevo a la derecha. Veo alguien con un pantalón blanco y una camiseta de rayas. Sí, es él! En ese momento hago como que no le he visto. Está demasiado lejos para darse cuenta de que le estaba mirando. Hago como que me estoy quitando el pintauñas morado mientras espero que venga. No vuelvo a mirar. De repente noto como alguien se sienta a mi lado. Sí, es él! Buf con las ganas que tenía de verle. Nos saludamos y nos dirigimos hacia un parque a sentarnos a la sombra. Hablamos durante un buen rato; nos reímos, nos picamos, nos desenfadamos... Eso sí, todo perfecto, como siempre. Y esque cada día que estoy con él es mejor, cada día se supera más. Nunca pude llegar a imaginarme con él, y ahora que estoy con él no quiero dejar de imaginármelo. Es lo mejor que ha pasado en mucho tiEmpo. ÉL!